El círculo de Movimientos Regenerativos* nació en el 2024 con el objetivo de desarrollar la vinculación entre los Movimientos Regenerativos y la Sociocracia, explorando e indagando sobre iniciativas regenerativas en marcha que sirvan como referencias de aprendizaje en prácticas de autoorganización, siendo uno de nuestros enfoques crear contenidos sobre gobernanza regenerativa.
Índice
Vivimos en una época donde confluyen de forma simultánea varias crisis, algo que ya fue definido en 1970 con el término “Policrisis” por el teórico de la complejidad Edgar Morin y que ha sido recuperado recientemente por varios intelectuales para describir lo que se considera «una experiencia colectiva» donde están interactuando situaciones tales como pandemias, guerras, crisis energética, coste de la vida y cambio climático.
En este contexto, el círculo de Movimientos Regenerativos destaca especialmente en la actual “Policrisis” la emergencia ecológica global, acompañada de unas señales de alerta cada vez más preocupantes. En septiembre de 2023, un equipo de científicos coordinados por el Stockholm Resilience Centre cuantificó por primera vez los nueve procesos que regulan la estabilidad y resiliencia del sistema terrestre, conocidos bajo el concepto de límites planetarios dentro de los cuales la humanidad puede seguir desarrollándose y prosperando durante generaciones. La última actualización no sólo cuantifica todos los límites sino que también concluye que se han transgredido seis de los nueve límites.

Traspasar los límites aumenta el riesgo de generar cambios ambientales bruscos o irreversibles a gran escala. Los cambios drásticos no se producirán necesariamente de la noche a la mañana, pero en conjunto los límites marcan un umbral crítico de riesgos crecientes para las personas y los ecosistemas de los que formamos parte.
La sostenibilidad no es suficiente
La idea central de sostenibilidad ha sido y sigue siendo una fuerza motora necesaria para una profunda toma de conciencia sobre el deterioro de los equilibrios naturales y que ha servido para impulsar numerosas iniciativas destinadas a reducir considerablemente el impacto negativo en los sistemas ecológicos de la Tierra. Pero ¿Es suficiente, por ejemplo, para evitar la progresiva pérdida de biodiversidad? Con la sola idea de sostenibilidad estaremos favoreciendo, muy probablemente, el mantenimiento de un status quo que no impide la continua llegada de crisis cada vez más frecuentes.
Daniel C. Wahl lo expresa de forma muy clara en su excelente libro «Diseñando Culturas Regenerativas«, publicado en inglés por Triarchy Press, también disponible su versión en castellano por EcoHabitar
«La sostenibilidad no es suficiente; necesitamos culturas regenerativas»
«La sostenibilidad por sí sola no es un objetivo adecuado. La propia palabra sostenibilidad es inadecuada, ya que no nos dice qué es lo que realmente intentamos sostener.»
La sostenibilidad, como ciencia, práctica y movimiento social ha logrado a nivel global avances importantes que han frenado la destrucción de numerosos ecosistemas en favor del crecimiento económico. Sin embargo, la degradación medioambiental y social continúa a un ritmo cada vez mayor, hasta el punto de que nos encontramos en un estado de casi-emergencia planetaria, como hemos visto antes.
Casi todas las actuaciones y acuerdos internacionales logrados hasta ahora (Cumbre de Río, Protocolo de Kioto, Acuerdo de París, etc.) han estado dirigidos a alcanzar niveles mínimamente aceptables de bienestar mediante negociación de los límites de degradación medioambientales, abordando principalmente los síntomas en lugar de las causas. Esto ha impedido alcanzar no sólo estados de neutralidad neta, sino objetivos mucho más ambiciosos de restauración de biodiversidad en los diferentes ecosistemas.

Si seguimos en la ruta actual no sólo es más que cuestionable, es altamente improbable que la humanidad pueda alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (SDG) que tanta promoción y esfuerzo de divulgación han supuesto para la ONU. Es urgente transformar los actuales patrones de pensamiento para que los nuevos inspiren la restauración de los daños causados y la generación de vida. Debemos ir más allá de los estrechos objetivos antropocéntricos y mirar hacia otros que sean más holísticos, ambiciosos y motivadores.
Movimientos regenerativos en marcha
Lo primero (y ya más urgente) es reconocer que nuestro sistema económico actual es insostenible. El capitalismo regenerativo, propuesto por John Fullerton en su escrito de 2015, sugiere que alineando nuestras actividades económicas con los principios y patrones universales que se encuentran en la naturaleza podemos liberar un inmenso potencial para crear un futuro más resiliente y equitativo. Este es un cambio profundo que requiere alejarse del carácter extractivo y explotador del capitalismo tradicional para adoptar un enfoque más circular y regenerativo.
La Sociocracia proporciona un marco adecuado para que las organizaciones y las comunidades funcionen en consonancia con los principios que hacen posible una cultura regenerativa, proporcionando una estructura de gobernanza regenerativa que permite a todas las partes interesadas participar en los procesos de toma de decisiones. Al distribuir el poder y la responsabilidad, la Sociocracia fomenta la responsabilidad compartida, esencial para el éxito de las iniciativas regenerativas, como podemos observar en numerosas ecoaldeas y comunidades intencionales en las cuales aplican con éxito la Sociocracia para gestionar sus proyectos y garantizar que todas las voces sean escuchadas.
Las culturas regenerativas ponen el foco en una conexión profunda con la naturaleza y resaltan la importancia de crear relaciones recíprocas entre comunidades y los sistemas ecológicos, sociales, culturales y espirituales. Reconociendo la interdependencia de todos los biosistemas pueden diseñarse comunidades y economías que restauren recursos naturales en lugar de agotarlos. Principios del diseño regenerativo, como los propuestos por John T. Lyle, proporcionan herramientas prácticas para crear entornos que estén en armonía con los ecosistemas que los rodean.

Pers. Soc. 1999, 13, 21–26
Los movimientos regenerativos tienen como propósito lograr la salud y el bienestar sobre todos los ecosistemas del planeta Tierra, actuando con una visión holística bajo el paradigma de la transformación sistémica e integrando una diversidad de conocimientos procedentes de los ámbitos académicos, de la práctica en organizaciones públicas, privadas y ONG, así como desde formas más antiguas de conocer y estar en el mundo (conocimientos y prácticas indígenas, tradiciones filosóficas y espirituales orientales). Una perspectiva transdisciplinar ayudará al mejor desarrollo de capacidades que incluyan la adaptación, la auto-organización, así como la toma de decisiones sobre infraestructuras, uso del suelo, gobernanza, sistemas alimentarios, prácticas culturales y estilos de vida que favorezcan la salud de todo el sistema.
Conclusión
Una cultura regenerativa requiere, por tanto, cambios fundamentales que estén apoyados en una mayor concienciación, educación y liderazgo, dando a las comunidades mayor voz y participación en la toma de decisiones.
Alineando estructuras de gobernanza regenerativa y sociocrática, valores culturales y nuevos sistemas económicos con los principios de cultura regenerativa podemos crear un planeta Tierra mucho más habitable y dotado de bienestar global, para todos. Una visión regenerativa proporcionará el paradigma, el enfoque, los objetivos y los procesos necesarios para dicho cambio transformador en la sociedad.
Nota:
Círculo de movimientos regenerativos y sociocracia, subcírculo de SoPra, el círculo hispanoparlante de Sociocracy For All: Miguel Cañas, Juliana Medina, Beatriz Arjona, Roberto Spano y Malena Fabregat.
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